In Memoriam M. Guadalupe

01-05-2014

Me toca hoy como responsable y Superiora, dedicarle mi más cariñoso recuerdo en nombre de todas, en este momento, a nuestra hermana Guadalupe Núñez.

Aquí, como verdadera familia que se quiere de verdad estamos todas reunidas junto a su cadáver. Realmente es un momento muy triste porque nos hemos quedado sin una hermana a la que tanto queremos, pero a la vez alegre porque sabemos que ya está con el Señor y gozando de su amor. Y disfrutando de todas las Celadoras que ya están allá arriba.

Para nosotras como decíamos, nos ha causado un dolor profundo conocer su inesperada y repentina muerte al saber con la que hemos convivido muchísimos años y que ha sido un ejemplo en todo. Sus 87 años los ha vivido en plenitud entregada al Señor.

Desde muy joven se entregó al Señor en la Congregación. Son 63 años de vida religiosa. Nacida en Oíros-Galicia, es la única Madre gallega que tenía la Congregación. Todo lo que pueda decir de ella es poco. Desde el principio de la Congregación ha estado muy unida a nuestra Madre Fundadora que la apreciaba mucho por su ejemplo de mujer muy sacrificada en todo. Excesivamente trabajadora y entregada a la Congregación en los oficios que se le han asignado, siendo el apoyo y soporte de todas nosotras, mas jóvenes que convivíamos con nuestra Madre Fundadora.

Al morir la Madre Fundadora, me pidió que la trajese a la casa general para estar más cerca de nosotras que éramos muy jóvenes y en especial de mí que me ha querido mucho y ha dado poco a poco su vida con una entrega total en todo. Personalmente tengo que decir que me apreciaba un montón y estaba al tanto para facilitarme todos los cuidados que necesitaba en todos los aspectos.

Su vida religiosa ha sido ejemplar; muy fiel, muy amante del Corazón de Jesús, muy servicial y caracterizada por su línea gallega desde su forma de hablar como en sus formas de actuar. Ha sido muy querida por todas. Y siempre cuidando mucho su vida religiosa en todos los aspectos desde sus votos, que vivía mucha austeridad, su obediencia y sus actitudes de buena religiosa. Gozaba mucho con nuestras hermanas más jóvenes que con sus alegrías, cantos, bailes y demás la hacían muy feliz. Ha apreciado mucho a nuestro querido capellán el P. Marcos que la ha visto y nos ve en todas las fases de nuestros días.

 

Siempre detallista para que no nos faltara nada a todas. Entregada para realizar con todo cariño y mejores actitudes los que se le ha encomendado. Exquisita en su preciosa voz de gallega cerrada. Muy amante de la Congregación y alegrándose mucho con sus éxitos y sufriendo con sus momentos malos.

En fin. Se nos ha ido una buenísima hermana. En los brazos de Dios se la dejamos y ahora estará disfrutando de su encuentro y de todas las hermanas que están arriba echándonos una mano en la Congregación. A Él le damos gracias por haberla tenido 63 años con nosotras. Le damos gracias por su ejemplo y le pedimos que interceda pro nosotras y nos ayude para sacar adelante la Congregación.

Con amor y con alegría se la dejamos a Dios-Padre que nos la cuidará mejor que nosotras.

Todas juntas le decimos: Gracias M. Guadalupe. Ayúdanos siempre.